Buena carrera hasta el kilómetro 35. El brutal ascenso al Ibón de la Basa de la Mora -uno de los más. bellos enclaves pirenaicos-, aunque a ritmo, en su parte final me hacía ver que la falta de entreno, tal y como era previsible, aparecería en la segunda parte de la carrera.
Bajada a Plan vertiginosa y muy técnica -que cómodo me siento en estos terrenos gracias a mis rodillas de "titanio" Descanso allí en Plan junto a la familia, más de lo debido.
Decido salir con la el firme propósito de terminar la carrera. El corazón, una vez más, se impone a la cabeza. Subida demoledora a Gistain, y trote hasta Serveto. Y ocurre lo que todo corredor de montaña no desea, llego tres minutos fuera del corte de paso, y tras 11 horas y 55 kilómetros tengo que abandonar la prueba.
Una vez más, agradecer la organización y voluntarios del Club Atlético Sobrarbe y magia de esta prueba que te invito si te gusta correr por montaña de verdad, realices alguna vez. La próxima edición, en 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario