51 años después, con la felicidad que supone poder seguir disfrutando de mi Abuela Rosa Galicia -cargó en su vida con muchas penas y más trabajo-, y estas Navidades, poder disfrutar de la casa que su hija ha podido levantar junto a su hermana, gracias a muchas horas de trabajo de las tres, el Abuelo Eugenio -D.E.P.- y especialmente mi Tío Esteban, verdadero corazón, cabeza pensante y otras cuestiones que desde sus primeras visitas y horas de trabajo en los distantes años 70 junto a mi tía de recien casados y con su hermano Delfin y su mujer Lucía, entre todos han hecho real un sueño, que el Abuelo Bienvenido tuvo que abandonar prematuramente, quedándose el material de construcción en su puerta... y que vicisutudes de la vida, se llegó a desplomar el tejado en los años setenta sirviendo de basurero, me dispongo a recorrer estos "tristes montes" -insigne obra de Severino Pallaruelo, ed. Xordica-, que paradójicamente tanta felicidad me deparan.
Y así comparto contigo la Ruta del Abuelo Bienvenido, cargada de sentimiento y que recorre bellos paisajes por donde él vivió. Partimos de Casa Pigón en Cortalaviña, para emprender el PR que nos llevará hasta Tella. Vamos ganando altura y cobrando vistas sobre el valle del Cinca, para llegar a Tella. En ella, me acerco a ver Casa Matías, de donde era el abuelo. Tras beber en la fuente próxima, un breve acceso al cementerio para "saludar" al abuelo, y a mi otro abuelo allí enterrado, así ejerció, Eugenio.