Unas horas suficientes para sumar la espiritualidad de quien me dio tanto en vida, y aún hoy en día. Así, emprendí camino a la desconocida Murcia para mi, ciudad preciosa que sorprende, donde hicimos noche por su entorno urbano cuidadosamente rehabilitado.
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| Caserío Los Asensio |
Al día siguiente, visita a Lorca, visiblemente en transformación tras el terremoto, y concretamente a la pedanía de La Parroquia, donde aproveché para ver a mi tía Maruja -rememorar historias de Martínez-, y visitar el caserío de "Los Asensios". Allí, vivía sirviendo mi abuelo, su familia, y su padre, Asensio, y hermano, Asensio. Una tierra pobre, de almendros, olivas y cabras, árida, que desprende ecos de tristes historias de emigración, raíz de los Martínez que siempre llevo en mi corazón.
Para volver almediodía, ruta que no conocía, regreso por el Parque Natural Sierra de María - Los Vélez, y el revirado y espectacular para visitar en moto y a andar, Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el espacio natural más grande de Europa. Para finalizar, antes de llegar a Sevilla la Nueva, parada en la imperial Toledo y su espectacular atardecer.
Abuelo, Pedro, siempre en el recuerdo, recibe un fuerte abrazo allí donde estés.
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| Atardecer en Toledo |
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